martes, 3 de julio de 2007

CONCLUSIONES

si deseas haz clic aqui




1) Tanto la Revolución Cultural como los eventos de Tiananmen tuvieron una amplia repercusión mundial, y son la demostración más palpable de que las masas chinas han luchado por su autoorganización independiente a lo largo de los cincuenta años de dominio estalinista. El movimiento de las Cien Flores, en 1957, las movilizaciones antimaoístas a la muerte de Chou en 1976, la Primavera de Pekín en 1978, la preparación de Tiananmen en 1987-88, y finalmente Tiananmen en 1989. En todas esas instancias, las masas chinas salieron a la calle a reclamar el derecho a expresarse libremente, sin los controles establecidos por las organizaciones del Partido Comunista. En todas esas instancias, fue el movimiento estudiantil el que hizo punta y lo siguió la juventud del movimiento obrero. En todas esas instancias, la entrada del movimiento obrero en escena marcó el inicio de la represión y fueron justamente los jóvenes trabajadores los que cargaron con el peso mayor de la represión. Pero la oposición al aparato estalinista que domina China no puede hacerse de manera espontaneísta como hasta ahora. Esta ha sido la limitación más importante de las movilizaciones democráticas: la falta de programa y de objetivos claros. Tanto el movimiento estudiantil como el movimiento obrero necesitan organizarse por fuera de los organismos estatales y dotarse de un programa que unifique sus luchas. Sólo la unidad de ambos sectores puede ayudar a que sus luchas se lleven adelante de manera que, aunque no asegure la victoria, permita dar la batalla de la mejor manera posible
2 ) China siguió siendo un país pobre, pero su socialismo fue un sistema superior.






Fue capaz de satisfacer las necesidades del pueblo. Desde los primeros días después de la liberación, todos tenían garantizados comida, vestido, combustible, un entierro digno y educación, trabajaran o no. Nadie tenía que preocuparse acerca de lo que podría suceder a sus hijos. En resumen, dejaron de ser esclavos sin pan y se podrían desarrollar plenamente como seres humanos.
Este desarrollo tuvo lugar en una forma que nunca podría ocurrir en un país capitalista. Fue posible satisfacer las necesidades del pueblo, sin explotar a nadie de otros países, una explotación que es el secreto tras el alto nivel de vida en los países imperialistas. En lugar de polarizar al país cada vez más entre una rica minoría y una pobre mayoría, la revolución fue reduciendo las brechas y desigualdades en la sociedad, entre ciudad y campo, entre trabajadores y campesinos, entre trabajo intelectual y trabajo manual, y entre hombres y mujeres. Aunque aún no fue posible que todos simplemente consiguieran todo lo que necesitaran, sin diferencias, todos pudieron acceder a muchas necesidades básicas gratis o muy baratas.
La Revolución Cultural no pudo poner fin a todas las desigualdades y contradicciones sociales. Como Mao dijo, no sería posible alcanzar el comunismo hasta que las clases fueran abolidas, no sólo en China sino en todo el mundo. Mientras que las clases existan, la línea que el partido siga lo decide todo, o en otras palabras, la dirección en que la sociedad avance.
Los seguidores del camino capitalista dieron un golpe de Estado militar, arrestaron a los más cercanos camaradas de Mao, siendo Chiang Ching y Chang Chung-chiao los más avanzados entre ellos, y desataron una ola de terror contra los revolucionarios. Arrebataron el Poder a las masas.
Las nuevas clases dominantes deshicieron todo. Desmantelaron las comunas populares. Hoy, unos pocos campesinos se han enriquecido y cien millones o más recorren el país, sin casa y hambrientos, en busca de trabajo. Le han arrebatado el control de las cosas a los trabajadores y les han ordenado callarse y agradecer que tienen empleo, si es que tengan la "buena fortuna" de hallar empleo en algo que los imperialistas encuentren rentable. La llamada "modernización" de China ha significado parar mucha industria pesada y dejar a mucha gente en la calle para valerse por sí misma. Donde han surgido nuevas industrias, de costura y televisiones por ejemplo, ha significado el empleo de mano de obra barata bajo la bota del capital extranjero y con frecuencia del mercado extranjero. El trabajo considerado peligroso y duro por los países ricos se hace en países como China, donde los venenos industriales y desechos tóxicos están por doquier. Los nuevos gobernantes administran al país para beneficio de los imperialistas de quienes la economía depende cada día más.
China tiene ahora una de las tasas de corrupción más altas del mundo en todas las esferas. Ha habido importantes levantamientos campesinos contra la pesada carga de impuestos y otras nuevas formas de explotación. La tasa de infanticidio de niñas es alarmante. La prostitución y la adicción a las drogas aparecen una vez más en forma desenfrenada. El SIDA amenaza con rivalizar o hasta superar las epidemias de antes de 1949.
Puede que los seguidores del camino capitalista quienes se han apoderado del Partido Comunista estén al mando, mientras que eso les convenga a sus amos extranjeros, pero el Partido Comunista no tiene nada en absoluto de comunista. Una vez más, el pueblo chino tendrá que tomar el Poder, con fusiles en mano, con el respaldo de los revolucionarios y los pueblos del mundo. Pero el pueblo chino, y nosotros, no tenemos que empezar desde cero, porque tenemos la experiencia del socialismo, la línea y las lecciones de ese ejemplo viviente, desarrollado mediante la lucha de cientos de millones. Fue una revolución que logró mucho más que ninguna otra antes. Esa experiencia es la herencia común de los pueblos del mundo, un luminoso ejemplo de la superioridad del sistema socialista.

1 comentario:

Lis... dijo...

tonto, si pones la letra del mismo color que el fondo no se lee nada -.-